En el dinámico y cambiante panorama empresarial actual, la Función de Compras ha trascendido su rol tradicional de la adquisición de bienes y servicios para convertirse en un pilar estratégico fundamental para la competitividad y el éxito de las organizaciones.
Esta evolución, impulsada por factores como la globalización, la complejidad de las cadenas de suministro y la creciente demanda de eficiencia, ha transformado al comprador en un socio clave para la alta dirección.
A mediados de la década de 1960, Bruce D. Henderson, quien era un profesional de compras, describió en el tratado sobre “Purchasing Management” de la Universidad de Chalmers, sobre la situación y las opiniones que se tenían acerca de la función de Compras: “Las compras son consideradas por la dirección ejecutiva como una función negativa, puede obstaculizar a la empresa si no se hace bien, pero puede hacer poca contribución positiva”.
En esa época se argumentaba que Compras era una función descuidada en la mayoría de las empresas porque para la dirección no era importante o relevante a la hora de resolver los problemas generales de la empresa.
En la década de los 70´s, las opiniones empezaron a variar solo un poco. La alta dirección consideraba que las Compras tenían un papel pasivo en la organización empresarial.
En esa época, Compras cumplía una función de apoyo y se centraba básicamente en asegurar que los proveedores cumplieran con los requerimientos de calidad para las áreas productivas o de fabricación.
No fue sino hasta los años 80´s cuando Michael E. Porter (¡Alabado sea el Señor Porter!) remarcó la importancia del papel de Compras en el modelo de las cinco fuerzas que afectan a la naturaleza competitiva de una industria, al considerar una de ellas como el poder de la negociación de la función (Porter, 1980).
Entonces, podemos considerar que desde la década de 1980 se inicia un cambio de actitud y percepción de la Función de Compras hacia la consideración de esta función en la estrategia corporativa empresarial.
Ya en la década de los 90´s se inicia un movimiento hacia la integración de Compras en los procesos de planificación estratégica y comienza Compras a influir de forma considerable en muchas empresas.
A mediados de esa década, Compras comienza a verse como un área de valor añadido y no como un centro de reducción de costos.
Se comienza a incorporar a Compras en los equipos multidisciplinarios encargados de la innovación y el desarrollo de productos.
Hay una mayor preocupación en las empresas por los costos de los suministros estratégicos, más que en los precios a corto plazo.
Sin duda, la influencia de las empresas japonesas fue vital para que el resto del espectro empresarial global las mirara como ejemplos a seguir, dada su larga tradición del papel importante de Compras para la cultura empresarial japonesa.
Se inicia el desarrollo y el crecimiento de organismos o entidades que empezaron a sistematizar y normalizar los procesos y actividades de los departamentos de Compras.
De la Adquisición a la Estrategia:
Es notable que, en el pasado, la Función de Compras se enfocaba principalmente en la búsqueda de proveedores, la negociación de precios y la gestión de pedidos.
Sin embargo, esta visión limitada ha dado paso a un enfoque más estratégico que reconoce el impacto crucial de las compras en la rentabilidad, la innovación y la sostenibilidad de la empresa.
Un Motor de Rentabilidad:
Los compradores actuales son expertos en identificar oportunidades para optimizar costos, reducir gastos y negociar mejores términos con proveedores. Mediante análisis de datos, benchmarking y estrategias de negociación efectivas, contribuyen directamente a la mejora de los márgenes de ganancia y la rentabilidad general de la empresa.
Un Impulsor de la Innovación:
La Función de Compras también juega un papel clave en la identificación de nuevos proveedores, tecnologías y tendencias del mercado que pueden aportar valor a la empresa.
Al colaborar con áreas como investigación y desarrollo, los compradores pueden contribuir al desarrollo de productos y servicios innovadores que satisfagan las necesidades cambiantes de los clientes y generen ventajas competitivas sostenibles.
Un Gestor de la Sostenibilidad:
En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental y social de las empresas, la Función de Compras ha asumido la responsabilidad de integrar criterios de sostenibilidad en sus procesos. Esto implica la selección de proveedores responsables, la adopción de prácticas de compras éticas y la promoción de productos y servicios sostenibles.
Un Aliado de la Alta Dirección:
La importancia estratégica de la Función de Compras ha sido reconocida por la alta dirección, que cada vez más valora la contribución de los compradores al éxito de la empresa.
La comunicación abierta y la colaboración estrecha entre los compradores y la alta dirección son esenciales para alinear las estrategias de compras con los objetivos generales de la organización.
La Función de Compras ha experimentado una importante evolución, pasando de ser una tarea operativa a convertirse en una función estratégica de gran impacto en la competitividad y el éxito de las empresas. Los compradores actuales son profesionales altamente capacitados que dominan no solo las técnicas tradicionales de adquisición, sino también herramientas analíticas, habilidades de negociación y una visión estratégica que les permite contribuir significativamente a la rentabilidad, la innovación y la sostenibilidad de la organización.
La alta dirección que reconoce el valor estratégico de la Función de Compras y colabora estrechamente con los compradores está mejor posicionada para alcanzar sus objetivos y prosperar en un entorno empresarial cada vez más desafiante.
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